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Viaje a Misiones en Febrero 2021

Actualizado: 30 mar 2021




RESUMEN

Concordia: Hotel H2O TERMAL


Para entrar a Misiones te piden hisopado de 48hs antes o te lo hacen gratis si tenés una reserva de hotel. Por tierra o por aire es así. En cinco minutos ya teníamos el resultado. En la entrada nos dieron tres folletos con 50% de descuento para algunas atracciones turísticas, de las seis usamos cuatro.


El Soberbio: Coati Lodge @coatilodge

- Saltos del Moconá - $150 entrada. También hay que pagar el paseo en bote $900 cada uno

- Salto Paraíso


Aristóbulo del Valle: Posada Camboata @posada.camboata

- Salto Encantado - $150 entrada

- Salto Tabay

- Gruta India (no fuimos, pero nos dijeron que estaba bárbaro)


San Ignacio: Hotel Club de Rio @clubderio

- Kayak en Club de Rio - $400 por persona

- Ruinas de San Ignacio Mini - $260 entrada

- Casa de Horacio Quiroga (estaba cerrado)


Cataratas: Selvaje Logde @selvajelodge

- Parque Iguazu (reservar y pagar por internet) Alrededor de 1090 pesos nos salió dos adultos, Torito no paga.


Con mucha expectativa salimos para nuestro viaje misionero, nuestro primer viaje familiar. Compre unos sombreros camuflados y los borde con el nombre de cada uno, metros de tul en el once y nos preparamos para tener mucho calor y ponernos off cada cinco minutos.


El viaje empezó en concordia, hicimos lo que Google decía que teníamos que hacer. Fuimos al Parque San Carlos donde hay un castillo y una escultura del principito, porque su escritor Antoine Saint-Exupery había estado allí. Fuimos a la costanera, a la plaza 25 de mayo y terminamos comiendo en "El bosquecito", un lugar muy lindo que nos recomendó Vicky, un buen dato local. Al día siguiente fuimos al lago, bien domingueros con nuestras reposeras y la carpa de Torito, después al hotel a relajar porque al día siguiente haríamos el trecho mas largo desde Concordia hasta el Soberbio, Misiones.


Nos levantamos a las 5am con mucha ansiedad, llegaríamos a las 3pm al Soberbio y el dueño del lodge nos acompañaría desde el centro hasta el lugar.


A 350km de llegar se quedo la chata, nuestra camioneta del año 98, por suerte a pocos km de Gobernador Virasoro, como el arquitecto, por suerte nos quedamos ahí, porque nos alejábamos del mapa y no había NADA. Esto paso a las 11,30 de la mañana y ya veníamos con seis horas arriba del auto, seis horas perfectas tomando mate, escuchando música y Torito dormido. Nos quedamos en ahí hasta las 7,30pm con Miguel y Quique que por suerte la pudieron arreglar. Salimos para el Soberbio y para entrar en Misiones le hicieron el hisopado a Benji, una persona por grupo familiar asique zafé. Lo hacen gratis si llevas certificado de turismo con la reserva del hotel por ejemplo.

Llegamos al Soberbio a las once de la noche tan bajoneados como un perro golpeado, superando cada minuto nuestros limites de aguante. Siempre que pensamos que no aguantamos más siempre tenemos un poco de reserva, sin saberlo. Lo aprendí bajando el Lanin, que sabia que no podía dar un paso más y me quería tirar al piso e igual seguía. Estado físico cero.

El bebe lo paso genial todo el rato, no paraba de reír y jugar, hasta se durmió una siesta al lado del taller mecánico. El que mejor lo pasó sin dudas fue él, lo único que le importa es estar con nosotros y que le hagamos caras. Llegamos al Soberbio por una ruta oscura, sin mirar ni un poco del paisaje, todo negro. Yo elegí olvidar ese día, borrarlo de mi cabeza por lo agotada que estaba y decidida a disfrutar el nuevo día.



Al despertar en nuestra casa de la selva miramos afuera y no podíamos creer, un predio enorme para nosotros solos, una olla de agua a 50m y dos senderos para recorrer. No tiene señal de teléfono ni wifi así que nos vimos obligados a desconectarnos un poco. Lo que para mi es buenísimo, no nos distraemos, son realmente vacaciones. El primer día estuvimos muy tranquilos acá, la casita es chica solo un ambiente con un baño, la cocina a gas con anafe, heladera chiquita y una pava negra vieja tan linda que me la quiero llevar, esta en altura y tiene un balcón con una hamaca paraguaya y dos Reposeras con mesa que invitan a tomar mate.



Se largo a llover a las cinco de la tarde, y salimos de la olla de agua para tomar mate en la casita. La luz iba y venía a cada rato (el dueño dice que se corta la electricidad cuando hace calor y cuando llueve, cosas normales en misiones) y yo aproveché para leer y ben a escribir. Torito durmió dos siestas largas. A la noche ben preparo un buen tuco y capeletinis, que me hacen acordar a cuando era más chica que tenía una obsesión con los capeletinis verdes pasados. Día dos: Saltos del Mocona Que gran día! Decidimos dejar atrás el día de ayer y nos llevamos la mejor sorpresa de todas, el Moconá imponente! Subimos a unos barcos y nos mojamos todos. Torito estaba con su salvavidas, el veraneante perfecto jaja después caminamos un sendero también en la reserva natural, va a ser difícil competirle a esta atracción. Había muy poca gente, casi nadie. Volvimos a nuestra casita y ben hizo un asado a la luz de la luna, si. Con vino fue perfecto.


Día tres: Salto Paraiso Salimos a buscar Artesanías a ver donde podían vender, frénanos en tres lugares pero no nos llevamos nada. Vimos un par de tigres que venían en un conjunto más grande, nos los hubiésemos llevado pero no se vendían por separado. Cómo era temprano y ya no sabíamos que hacer decidimos ir a pescar, nos dieron un dato de unas cabañas a las que podíamos ir a pasar el día y pescar pero no estaba muy bueno para ese horario y para estar con el bebé entonces decidimos salir a buscar otra cosa. Fue cosa del destino entonces que quisiendo ir a una aldea de artesanías (creíamos nosotros, termino siendo una Hosteria) encontramos el Salto Paraíso. Wow. De esos regalos que te da el dejarte llevar en un viaje y no ir ítem por ítem. Increíble lugar, era propiedad privada pero nos mandamos igual. Bajamos unas escaleras y habían unos saltos que iban todo el ancho del Río. Pasamos ahí el día y Ben intento pescar ahí, probó en varios lugares pero el último lugar le rompió la caña y un poco su motivación. Llegamos a la cabaña más tarde y fuimos a una “cascada” que ahora no tenía agua en un sendero de Coati Lodge. Cuando volvimos me bañe y quise bajar las fotos de la cámara y no la encontrábamos, no estaba. La última vez que la vimos fue en el salto y Benji salió disparado a buscarla sin pensar mucho y Torito y yo nos quedamos en la casita, cómo me hubiera gustado ir con él. Escuchaba el ruido de la chata volver como una mamá primeriza escucha el llanto imaginario de su bebé recién nacido. Fue desesperante la espera, tanto que me imaginaba que a Ben lo comía un yaguareté. Y no, ya no estaba la cámara. Otra amargura más.


Dia cuatro: Aristóbulo del Valle

Al día siguiente fuimos a Turismo a dejar nuestros datos por si alguien iba pero no paso. El karma se encargara.

Ese día salimos para Aristóbulo del Valle a la Posada Camboata lugar super estratégico porque queda literalmente al lado del parque provincial Salto Encantado, tan lindo que fuimos dos veces.


Dia cinco: Salto Encantado

El primer día salimos preparados para hacer una caminata fuerte y llevamos a Torito en una mochila, durmió todo el trayecto le encanta que lo llevemos asi. Al llegar había una cascada divina donde se puede entrar. Fue dura la vuelta porque era mucha subida. Pero valio MUCHO la pena.


Dia seis: San Ignacio: Ruinas

Al día siguiente fuimos a San Ignacio. Queríamos ir a la casa de Horacio Quiroga, escritor de "Cuentos de la Selva" que con Benji leímos antes de ir a Misiones (que es donde lo escribió) y lo terminamos en la casita de la selva. Estaba cerrado y yo indignada porque según los locales esta cerrado porque las tres personas que lo manejan son de riesgo. Un año sin poder abrir y no pudieron conseguir alguien no de riesgo para que abra las puertas a los pocos turistas como nosotros, no puedo entenderlo. Tenia muchas ganas de ir. Las ruinas de San Ignacio Mini me encantaron, la entrada ya incluía un guía que explicaba la historia de los jesuitas en Misiones y como vivía la gente ahí. Muy interesante.


Dia siete: Salto Encantado

Volvimos a Aristobulo del Valle y fuimos de vuelta al Salto encantado e hicimos los tres senderos que nos faltaban. Entre ellos bajar a la base del Salto y verlo desde abajo, increíble, no pueden dejar de ir.


Dia ocho: Cataratas

Decidimos cambiar los planes en el momento, no íbamos a ir a Cataratas y después nos parecio una picardia y decidimos ir y cambiar el siguiente hotel para un dia antes. Asi terminamos yendo a Selvaje un hotel divino parecido en estilo al Loi Suites que ya habíamos ido y es espectacular. No conocíamos la Garganta del Diablo porque cuando fuimos estaba cerrada y nos deslumbro. Tuvimos que reservar por internet la entrada de las Cataratas, fue lo único porque todo lo demás pagábamos en el momento. Solo dejan entrar a 4000 personas al parque cuando en Semana Santa (el momento que mas gente va) entran hasta 18000. El Guia Saturnino se encariño tanto con Torito que lo llevaba a upa mientras daba las explicaciones al grupo. El hotel estaba bárbaro y estábamos SOLOS.


Dia nueve: Club de Rio

Salimos al día siguiente después de un muy buen desayuno para Club de Rio en San Ignacio, que da al rio Paraná. Hicimos kayak bordeando el Teyu Cuaré donde hay una reserva de Temaiken de murciélagos. Pasamos la tarde en el rio en una playa con sombrillas de paja. Al mediodía parecía haber mucha gente pero a la tarde se empezó a vaciar.


Fuimos a Concordia a lo de Vicky y Martin, nos hicieron asado y al otro dia fuimos al lago y comimos paella. El dia estuvo feo para otro programa.


La vuelta mejor ni contarla, porque a dos horas de llegar a Buenos Aires se volvió a quedar la chata. Buena manera de terminar esta aventura.





 
 
 

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